1:30 pm. Suena la puerta del piso, y entra un ser sulfurado, frustrado por la sociedad y su incapacidad para comprenderla en detalle. Ese desdichado ser es mi amigo X, que sufre de amorío por una fémina que lo lleva por la calle de la Amargura.
Y es que es una situación complicada, el sentirse atraído por alguien y sufrir de la incertidumbre del no saber qué hacer al respecto. Aun así, parece ser que por fin se encuentra por encima de la línea de puntos.
Os preguntaréis... ¿y qué es la línea de puntos?
La teoría de la línea de puntos
En una situación de atracción por una persona, los hombres (no puedo hablar en nombre de las mujeres, puesto que no lo soy) tendimos a decidir nuestras acciones en función de la confianza propia, inducida por las expectativas de éxito que tengamos.
En una situación ideal en la que el hombre se gana progresivamente la confianza de la mujer, éste acumula buenas experiencias con esa persona que le hacen crecerse. Sólo el tiempo determina pues el grado de confianza que el sujeto en cuestión posee.
Al acumular un grado determinado de confianza, el sujeto se lanza sobre su objetivo, abriéndose en sentimientos y dejando – paradójicamente - su autoestima a merced de la presa. A esto le llamaremos estado “activo”. Anteriormente, el hombre ha estado trabajando duro (o no tanto) para conseguir indicios de éxito. Aunque esto no se trate de pasividad, le llamaremos estado “pasivo”, puesto que el sujeto no se ha sentido capaz de sincerarse con la otra persona.
Esto lo podemos representar con la ya mencionada línea de puntos, que separa los estados de “paciente” y “activo”. En el momento en el que el sujeto deja de ser pasivo y pasa a ser activo, finaliza el tiempo de cortejo.
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C = Confianza
t = tiempo |
Una vez el sujeto ha traspasado la línea de puntos y declara sus intenciones a la chica objetivo, hay dos posibles situaciones que éste tendrá que afrontar: un sí o un no.
En caso de obtener un sí, ningún problema. Pero en el hipotético caso de recibir un no como respuesta, el sujeto se verá expuesto a una situación que será proporcionalmente dificultosa al “chasco” o desilusión que se haya llevado. Como la desilusión es proporcional a las expectativas de éxito que en un principio se tienen, ésta es proporcional al grado de confianza que se tenía en un principio.
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C = Confianza
D = Desilusión (o depresión post-calabaza) |
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Vemos que la confianza no parte de 0 en este gráfico. La confianza parte de la “línea de puntos”, ya que es a partir de aquí cuando el sujeto se declara (de no declararse, no hay calabaza).
Qué deducimos de toda esta mierda
Un sujeto precavido albergará una cantidad de confianza suficiente como para pasar a estar “activo” sin excederse demasiado. Dado que el grado de depresión post-calabaza al que se expondrá (en caso de negación de la mujer) aumenta a medida que se aleje de la línea de puntos, el sujeto precavido procurará siempre mantenerse en ésta.
Me quito el sombrero si lo has comprendido todo hasta aquí.