El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio y éste al sufrimiento. ¿Qué hay después? No, Yoda, no. El lado oscuro es un mito. Lo que hay en lugar de éste no es otra cosa que el canallismo.
Damas y caballeros, les presento “la evolución del subconsciente”, un estudio llevado a cabo con la máxima rigurosidad científica por un equipo de gnomos sintéticos de la Academia Médica de Pyongyang.
A grandes rasgos, lo que el estudio describe es la plasticidad mental al cambio fisiológico producido por un daño psicológico. Se experimentó con 40 lémures en ayunas y se les expuso a ofensas verbales reiteradas. Se comprobó que, después de un número variable pero elevado de ofensas, los lémures cambiaban su conducta. De hecho, se volvieron más ariscos, duros, y perspicaces.*
Se extrapoló este descubrimiento a la especie humana y se especuló con la siguente representación:
Dado que el grado de evolución psicológica es proporcional al daño previo sufrido, la relación es aproximadamente lineal. Como se puede apreciar en el eje cartesiano vertical, el individuo pasa por distintos estados. Al superar el estado máximo de resentimiento mental (bautizado como “estado Enrique VIII”), el individuo procede a dispararse a sí mismo en el pie. Como en Pyongyang prima el pacifismo, no se ha querido incluir la conducta suicida en el estudio.
Señalado entre líneas discontinuas, nace el “canallismo”.
*Un gnomo resultó herido grave al intentar con un sujeto el truco de “La patita”.